Todo lo que debes saber acerca de los Schnauzer

“El amor por los animales eleva el nivel cultural del pueblo”.

Fermín Salvochea.

La raza Schnauzer ha sido tradicionalmente popular en Alemania, donde surgió entre los siglos XV y XVI. Antiguamente estos perros se empleaban para la caza de ratones y ratas, evitando plagas en el campo; también solían cuidar los establos y acompañar los carruajes.

Poco antes del siglo XX fueron presentados en una exposición canina y se realizaron varios cruces que han dado como resultado diversas variantes de tamaño, como el Schanuzer miniatura o el Schnauzer gigante.

Hoy en día esta raza es muy popular en todo el mundo como perro de compañía. Y no es de extrañar, teniendo en cuenta sus aptitudes físicas y su carácter noble.

El hocico de los Schnauzer es el rasgo que mejor les identifica a simple vista. Su cabeza es de tamaño mediano y forma cuadrada, con un pelaje tupido en las cejas y unos bigotes y barba muy característicos.

Sus ojos vivaces no son demasiado grandes y acostumbran a tener un color oscuro, a juego con su trufa y sus labios negros. Por su parte, las orejas son triangulares y caen dobladas hacia delante.

En líneas generales el porte del Schnauzer es elegante y digno, buena muestra de robustez y fortaleza. Aunque su tamaño es bastante compacto, su pecho es ancho y profundo, con una cola que tiene forma de sable.

Estos perros poseen dos capas de pelo bien diferenciadas: una lanilla más suave en la parte interna y una más larga, áspera y lisa en la cara exterior. El color más habitual de su manto es el negro puro o el blanco, así como una mezcla de plata y negro.

Los Schnauzer son perros amigables, alegres, con una personalidad fuerte y poco dubitativa. Son también canes muy leales a su familia, de la que estarán siempre al pendiente, alertando a sus miembros de cualquier peligro potencial que detecten.

Aunque en la intimidad son muy sociables, para evitar que se vuelvan ariscos o gruñones con los extraños es importante que estén bien socializados desde cachorros. El método de entrenamiento que mejor funciona con ellos es el refuerzo en positivo. Cuando éste se aplica de forma adecuada, los Schnauzer son perros capaces de llevarse bien tanto con otras personas como con otros perros y animales de compañía.

Para que su pelaje se mantenga sano y lustroso es importante cepillarles bien. Lo ideal es peinarles a diario para evitar que se les formen nudos y que se les acumule suciedad, con especial atención a las piernas y a la barba. Una buena higiene de los oídos también es importante para evitar que el pelo se les acumule en esta parte provocando otitis.

Cada tres o cuatro meses es recomendable pasar por la peluquería canina para que le recorten el pelo. Además, es importante que su dieta sea la adecuada para reducir la caspa y, con ello, las probabilidades de sufrir alergias.

Los Schnauzer no son perros aptos para un ejercicio físico demasiado brusco o muy intenso, pero debido a su espíritu de superación son buenos para el freestyle o el agility. Dos o tres paseos por jornada y un buen rato de juegos harán que se sienta mucho más contento.

Lo que no es una buena idea es dejarle demasiado tiempo a solas, ya que puede sufrir ansiedad por separación. Aunque no lo parezca, dado su carácter independiente, estos canes disfrutan y necesitan mucho el contacto humano.

En cuando a salud, buenas noticias: los Schnauzer tienen poca tendencia a desarrollar enfermedades hereditarias, especialmente los canes de la variedad estándar. Sí hay que vigilar algunas patologías con una incidencia más alta en esta raza, como las displasias de cadera y codo, las cataratas o los problemas de piel (dermatitis, melanona, etc).

Otro de sus puntos débiles es el estómago, por lo que es importante cuidar su alimentación con una dieta adecuada. No olvides llevarlo a los controles de rutina y seguro que disfrutaréis de muchas horas de aventura juntos. De hecho, es un perro que siempre está dispuesto a emprender una nueva caminata para descubrir el mundo junto a los suyos.

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 Javier Gomez Fuente